Antiguamente las plantas medicinales 
se recolectaban sólo en estado silvestre, 
ahora se cultivan.

Las materias primas con las que se elaboran nuestros productos no se sintetizan en un laboratorio mediante procesos químicos, sino que son productos naturales en su totalidad, procedentes fundamentalmente de cultivos, o en algunos casos de recolecciones silvestres. Así pues, la calidad del producto final depende absolutamente de la calidad de las plantas que lo componen.

Salus-Haus ha buscado siempre materias primas de primerísima calidad, a poder ser procedentes de cultivos ecológicos, pero la búsqueda de plantas de calidad no ha sido nunca fácil. En la mayoría de los países europeos, el cultivo ecológico está aún poco extendido, concentrándose sobre todo en verduras y hortalizas. Por otra parte, en el pasado se han utilizado, tanto en Europa como en EEUU, demasiados insecticidas, plaguicidas y abonos químicos en los cultivos convencionales, con tal exceso que muchos de esos terrenos ya no son aptos para una producción ecológica.

En 1986, el desastre nuclear acaecido en Chernobyl vino a dificultar aún más las cosas, cambiando dramáticamente la situación en lo que a la obtención de plantas medicinales libres de contaminantes se refiere. Hasta ese momento países como Bulgaria, Polonia, Rusia o Yugoslavia, habían sido los mayores proveedores de plantas medicinales con un buen nivel de calidad, pero la mayor parte de los cultivos, contaminados por radiactividad, fueron abandonados después del accidente nuclear. Esto obligó a Salus-Haus a buscar una fuente de materias primas que fuese de calidad, fiable y a poder ser duradera a largo plazo. La dirección de la empresa decidió que lo mejor sería cultivarlas ellos mismos y para ello buscaron las mejores condiciones de terreno, agua, aire y clima.

¿Por qué cultivar plantas medicinales en Chile?